Máximo común divisor
El otro día superé el récord, que llegó a las 43 visitas (eran 32 hasta la fecha, si mal no recuerdo) y veo que aunque no escriba algún día, seguís pasando por aquí. Incluso ya tengo un subscriptor!!! Es una tontería pero me hace bastante ilusión.
La verdad es que ahora una vez más tranquila, me río bastante y me siento un poco boba. Normalmente no «personalizo» tanto las entradas como he hecho estos días. Lo único malo de que ya vaya siendo más conocido esto, es que me expongo de una manera, si hago una entrada muy personal, en la que se puede mal interpretar o entender demasiado lo que digo, cuando en estos casos suele estar exagerado por el momento. Además que hasta entonces ese no había sido mi estilo.
Todo el mundo tenemos momentos decaídos, se nos junta todo y estallamos de alguna manera. Es inevitable. Pero una vez pasa la tormenta, en gran parte ves que no es para tanto.
Ahora que se han descargado las nubes, el cielo está más despejado y vuelvo a ser lo que era. Sólo ha sido una tormenta. Pero en el momento que pasa, crees que el cielo se va a partir en dos. Se llama sobrecarga emocional por un cúmulo de cosas. Una cantidad ingente. Una montaña… pero sólo es arena y rocas. Estas últimas duelen un poquito.
Pero nada dura eternamente. Ni las tormentas, ni las montañas (aunque estas duren mucho más, el tiempo las transforma y suaviza)
Y si no sintiéramos las tormentas, tampoco valoraríamos la calma.
«En la tormenta es cuando se conoce al buen piloto.» Lucio Anneo Séneca
«La verdad levanta tormentas contra sí que desparraman su semilla a los cuatro vientos.» Rabindranath Tagore
Mínimo común múltiplo
Cuando estamos muy afectados por un cúmulo de cosas, tendemos a exagerar de una manera brutal las situaciones, momentos y evidentemente, los sentimientos. La tristeza, el enfado… se convierten en una hipérbole sin sentido.
Eso no sólo hace que sintamos de una manera más irracional sino que además hace que veamos todo más como ataques o maneras de hacernos daño o de estar en nuestra contra.
Y es que cuando nos sobrecargamos, nuestras baldas cerebrales se comban hasta el momento que todo se vuelve astillas y el peso te cae encima. Cuando termina su recorrido en el suelo, lo más engorroso es recogerlo y ordenarlo. Y ya de paso mirar si hay alguna cosa que no debiera estar para aligerar ese peso.
Pero con el chichón en la frente causado por el golpe hace que este proceso sea más lento.
Así que nada, seguiré recogiéndome del suelo una vez el corte ha perdido esa sangre escandalosa que hacia que pareciera mucho más de lo que es en realidad. Un rasguñito más para la colección.
Acción y reacción
Hay momentos en los que una persona tiene que decir basta ya. Y también momentos en los que es inevitable caerse. En esos momentos no te levantas hasta que no paras de llorar porque sino las lágrimas te impiden ver el suelo que pisas.
Y si no te caes no sabes lo importante que es estar de pie. Las heridas se curan.
Me ha dicho un amigo después de leer mi anterior entrada:
Normalmente es como suelo verlo y me ha ido bastante bien, debería seguir así.
Que cada uno viva su vida. Estoy contenta de ser yo misma. Después de todo soy yo la que tengo que cuidar de mí.
El año que viene será mejor porque cada vez soy más fuerte.
Sé que los malos momentos son inevitables, y supongo que no se puede matar la tristeza, pero sin acción ni hay reacción y si estás mal y no haces nada, no cambiará
«‘Cause nothin’ lasts forever
Even cold November rain»
Ilusiones ópticas en grupo
Como borregos. La gente cree ver lo que le apetece y/o conviene ver y se convence.
Ahora me siento como una estúpida porque llevaba varios días esperando un momento que no fue. Eso es lo que pasa cuando no eres realista. LECCIÓN APRENDIDA. Para eso sirven las esperanzas.
Aunque reconozco que es una pena, y que una persona cuando está dolida se porta de forma irracional. Supongo que después no tenía que haberme comportado de ciertas maneras, pero cuando nos enfadamos damos dos tazas del caldo. Pero basta que te digan que has hecho algo mal y no sea cierto para que ya lo hagas para que se molesten con razón. Y además desde ese momento de voz cortacristales no tengo que dar porqués. Y menos a alguien que ni le importa.
No merezco esto, pero eso pasa cuando te ilusionas. Que las ilusiones son eso, mentiras; y que hacen mucho daño. Y que cuando alguien quiere creer algo, da igual si es cierto o no, porque es como los dioses de «Pirómides», cuanto más crees en uno, más grande y real se hace.
Así que limitémonos a dar al público lo que pide. No suelo ser así. Pero es que todo lo bueno que he dicho estos días se me está atragantando. Sinceramente, ha sido como un puñetazo en el estómago.
Últimamente no escribo mucho porque no ando demasiado optimista, pero eso sí, la realidad me está dando una paliza.
La ilusión es un espejismo que devora el alma (Anónimo)
No temas a la ilusión, sino al despertar (Anónimo)
La ilusión vale cuando la realidad la toma de la mano (Anónimo)
Felices fiestas
La lluvia acabó hace días con los retazos de nieve. Así que nada de estampita navideña. En fin. Punto.
Hay gente a la que le apasionan estas fiestas y otra que las odia, o al menos defienden esa adversidad a capa y espada. Yo he sido una de esas personas, entre otras cosas porque no me considero religiosa ni fan que tiende a exacerbar las fiestas por consumismo.
Pero es que no es ni blanco ni negro, depende de tu manera de hacerlo. Yo aprovecho que mis amigos trabajadores o estudiantes tienen unos días libres para quedar con ellos, y brindar porque todo nos salga bien. ¿Acaso es malo querer el bien para los demás o demostrar cariño a quienes quieres? EL realismo y la ilusión se dan abrazos deseándose lo mejor y me miran sonriendo.
No quiere decir que sólo vea a mi gente en las fiestas, pero siempre es bueno juntarse y tener cualquier cosa que celebrar. Para mí son todos importantísimos y celebérrimos con cada cosa que hacen.
Así que:
¡Felices fiestas a todos!
Realistic Optimism se toma un par de días de vacaciones. Pasadlo bien
El hombre no es infeliz mientras no es injusto.
DEMÓCRITO de ABDERA
Espejismos reales
A veces vas por el desierto y te topas con un oasis. Su agua es dulce y su vegetación frondosa. Un momento decides que es hora de continuar tu camino, porque allí no te puedes quedar para siempre; tu tienes tu meta y el oasis recursos limitados, que no se regeneran a la misma velocidad que tú los necesitas.
Y después de unos pasos giras la cabeza pero el oasis ya no está. Algunos dirían que fue un espejismo… pero tu recuerdas que llenaste tu cantimplora en el oasis, pruebas el agua y sigue teniendo el mismo sabor. Además que cuando llegaste estabas en plenas facultades; ni el sol te había tocado lo suficiente como para desesperarte.
En esos momentos quédate con el recuerdo de los momentos a su sombra y sigue caminando hasta casa. Es todo lo que puedes hacer…
«En ciertos oasis el desierto es sólo un espejismo.» Mario Benedetti
Navegando en charcos
Somos dueños de nuestras decisiones, pero capitanes de nuestro destino. Es diferente. Puedes ir tomando decisiones de un saco lleno y al final ese saco se vacía igualmente. Así que aprovechemos todo lo que nos queda, miremos por cada ventana y exploremos cada puerta.
Dirijamos nuestras vidas aunque a veces no sepamos muy bien a dónde. En medio de una tormenta la cosa no es pensar lo que habrá después de ella, sino sobrevivirla. Para eso es indispensable saber nuestra situación y las armas y asideros con los que contamos. Tener un barco protegido pero con la cubierta despejada para que nada nos golpee al moverse el barco. Que todo lo demás quede dentro, para sobreguardarlo.
No llenemos nuestra bodega de botines, porque no habrá espacio para los alimentos.
Y hay que ver dónde navegamos, porque he visto gente perderse en charcas y pozas. Se dejaron engañar por el reflejo infinito cuando el cielo tiene el azul del mar y nubes a modo de espuma. Pero sólo es un charco y os recuerdo que agua y tierra hacen barro.
Caminar sobre gráficas
Me acaba de decir un amigo al que considero una persona muy interesante con la que hablar: «No todo es subir y subir, tiene que nivelarse, sino la caída será más dura después»
A lo que yo opino que eso pasa siempre y cuando subas a una superficie tan idílica como inexistente. Si andas a nivel de las cosas, lo máximo que puedes tener es un tropezón con meta en el suelo, pero que no suele doler en exceso.
Me recuerda a cuando de pequeña soñaba con poder tocar un día las nubes y hace unos años, amaneciendo en el pirineo, en una carretera en medio de las montañas pude hacerlo, y tenía los pies en el suelo. Y no tenía miedo a caerme aunque las nubes y el viento me empujaran y me empaparan la ropa.
Lo que quiero decir con esto, es que podemos ilusionarnos en la realidad y soñar con los ojos abiertos. Que hay momentos que hay que retroceder para encontrar el camino que sigue en este laberinto y otras veces hay que bajar para luego subir más alto.
Y en la realidad las cosas son más difíciles que en la fantasía, pero más concretas, más tangibles. Al «si no lo veo no lo creo» yo le añadiría «pero hay posibilidades de que exista y que simplemente no se haya cruzado por mi camino, vamos a seguir andando»
“Antes de gritar “!Vamos!” debes plantear en que dirección irás”
Anton Chejov
Sonrisas de nieve
Hay días que son grandes días aunque no te encuentres bien del todo, hay días que son memorables aunque no tengas ganas. El punto es, la percepción.
Es decir, si hoy sales diciendo: voy a tener un mal día. Lo tendrás, te lo garantizo. Patrocinado por «Excusas varias S.A».
Pero si a pesar de estar triste, o cansado, simplemente te dedicas a pensar lo que haces en cada momento tienes más posibilidades.
La cosa no es ir con una sonrisa idiota soportando cubos de agua fría, porque la boca a los congelados se les queda parecida: estática, sin sentido (y que además da un poquito de grima) y la gente no va a diferenciar y nosotros no tendremos la consciencia para hacerlo.
Hoy soñé con nieve y justo cuando me levanté nevaba, mira que curiosa y bonita casualidad (aunque han sido cuatro copos). Y he ido tirado del hilo del pensamiento hasta el recuerdo de la última vez que hablé sobre la nieve. Y así, la cosa es buscar algo cosido a determinada situación que te haga sonreír; y así, si sonríes, será por algo. Es como lo que nos decían nuestros padres de «si lloras, llora por algo» pero visto desde el otro lado.
No creo que nieve porque lo he soñado (espero, porque también soñé con cosas que no me gustaría que pasaran), nieva porque hace frío. Pero algunos sueños tontos, se cumplen…
Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve.
(Martin Lutero)
Efecto dinámico
Hoy voy a hablar sobre la fuerza. Según dice la Wikipedia (aís, bendita creación de la sabiduría en internet):
«La fuerza es una magnitud física de carácter vectorial, capaz de deformar los cuerpos (efecto estático), modificar su velocidad o vencer su inercia y ponerlos en movimiento si estaban inmóviles (efecto dinámico)»
En ocasiones resulta que hay una parte de ti que está parada y la mayoría de las veces no está en funcionamiento porque no sabes que existe. De ahí salen las fuerzas; esas fuerzas que nos ayudan a seguir en esos momentos eviternos de los que hablé en el anterior post.
Y es importante saber que las tienes, porque necesitamos saber «que podemos para poder». Este pensamiento últimamente me ronda mucho en la cabeza y gracias a eso ya he conseguido muchas cosas. Por fin en mucho tiempo veo alcanzar la cima de proyectos y con ello saber que valgo. Eso impulsa que mis límites se expandan un poco más cada vez y que por ello me vea capaz de hacer cosas nuevas, o cosas que no me había planteado, por definirlo de una manera mejor.
Dicen que es fácil si sabes cómo hacerlo. Y la verdad, muchas veces el cómo no es ningún secreto. Sólo hay que tomar las cosas cómo vengan y saber que cuánto mejor tomemos una situación más fácil será y en caso de no salir como queremos, nos duela menos. Resumo en una dos frases de post anteriores (fotolog): Para soñar no es necesario levantar los pies del suelo, pero sí para ponerse los zapatos.
Me pareció buena idea lo de haber puesto citas en la última entrada, puesto que son muchos años de humanidad y por lo tanto muchos pensamientos, pero las bases son las mismas que desde el principio. Y además que un par de personas me habéis comentado que os gustan, así que hoy os dejo unas cuantas relacionadas con la fuerza.
- La fuerza es confianza por naturaleza. No existe un signo más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos – (Arturo Graf)
- Envejecer es como escalar una gran montaña, mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena – (Ingmar Bergman)
- El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar – (Noel Clarasó)
- No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives – (Frank Kafka)
- No se ha llegado al colmo del dolor cuando se tiene aún fuerza para quejarse – (Caballero de Bruix)
- Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican – (Concepción Arenal)
- La reina del mundo es la fuerza y no la opinión, pero es la opinión quien usa de la fuerza – (Blaise Pascal)
- Ningún ejército puede detener la fuerza de una idea cuando llega a tiempo – (Victor Hugo)
- Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa no encuentra trabas a su voluntad – (Thomas Hobbes)
Y esta última, es lo que me gustaría alcanzar en quienes lean lo que escribo:
♦ Cuando un poeta canta estamos en sus manos,
él es el que sabe despertar en nosotros aquellas fuerzas secretas,
sus palabras nos descubren un mundo maravilloso que antes no conocíamos ♦
(Friedrich von Hardenberg Novalis)
De momento, me conformo con que os guste lo que leéis.
Realistic optimism 