Vergüenza masiva (o + IVA)
-«¿¿¿Cómo estan ustedeeeesss???» – «¡Con el culo en pompa!»
«Bien, eso está bien, por ser buenos chicos vamos a apretaros más el collar. ¿Qué decís? Es que sin respiración no sabéis vocalizar, así que daremos por hecho que os parece bien, si alguno carraspea siquiera, un poco de jarabe de palo para esa garganta irritada, tapémosla para que no nos molesten las quejas»
Así estamos. Con estas nuevas y maravillosas bofetadas que nos dan. Esto se debe a que lamentablemente la incompetencia no tiene seguro y su coste lo pagamos los demás.
«Que les jodan» a los parados, que es que son unos vagos y hay que incentivarles para que busquen empleo en este amplio, variado y competente mercado laboral que tenemos. ¡Manda narices! Resulta que somos un país de personas relajadas que no dan el cayo porque total, ¿quién tiene la necesidad de comer, o refugiarse bajo un techo? ¡Caprichos! Costumbres pasadas de moda…
Señores, que no estamos hundiéndonos, que ya estamos en el fondo, a ver si nos damos cuenta. Que las pocas esperanzas de futuro han huído del país. De las ayudas sólo verán dinero «Bakiarrota» y sus secuaces, y nosotros a pagar y a pagar, ponemos las manos, las agujereean y todo lo que caiga en ellas se va para la saca de los de siempre.
Es noticia que un hombre desahuciado se ponga a romper los cristales de cajas y bancos de pura rabia cuando debería ser una representación de la desesperación de todos. No promuevo el bandalismo, si no que me extraña que no ardamos y quememos la mano de quién nos ahoga y se carcajea. El mundo no se para cuando hace tiempo que el reloj de España se quedó sin pilas, pero seguimos la marcada rutina, grabada a martillazos. Basta ya de tanto abuso, que estamos pagando las culpas que unos y otros se tiran, su mala gestión y sus aplausos ante unas medidas a la desesperada por seguir en sus coches oficiales resguardados de la que cae, que no es pequeña.
Hace tiempo que se acabaron los chistes sobre funcionarios que no trabajan, a este paso tendrán que pagar por hacerlo. Ya no sólo enfermamos físicamente, sino que ahora con los copagos de las medicinas dará igual, porque habrá que elegir entre comer o medicarse y en todas la salud sale perdiendo. Y cuando esto pase, nos echarán del empleo (a los que lo tengan) porque ahora está casi regalado. Y a los meses de estar cobrando la prestación, tendremos sólo el 50%, y ni medicinas, ni comida, ni salud. Un pueblo débil es más fácil de combatir.
Vamos a inventarnos un premio futbolero y a ganarlo, así podremos hacer masa y que no pase nada por plagar las calles y expresar una emoción: HASTA AQUI HEMOS LLEGADO
Realistic optimism 