La fría realidad

26/10/2011 at 10:27 pm (Pensamientos)

Hace unos momentos, nos disponíamos a ir a cenar en plan barato, ya que la economía no da para mucho más (y suerte que tenemos). El cajero de fuera no funcionaba y hemos entrado. Había un hombre, que no tenía mal aspecto, sólo aquella cara de quién lo ha perdido todo en vez de ser él quién tira su vida a la basura y que su único consuelo era poder encontrar dónde refugiarse ahora que comienza el frío. Nos ha dado las gracias por entrar, ya que él no piensa hacer daño a nadie. A lo cual yo me he sentido culpable porque si hemos entrado, era porque no ha quedado otra.

El hombre nos ha dicho que ya empezaba a refrescar, pero que aún no había llegado el invierno, que sería lo peor. Que él sólo quería poder resguardarse sin molestar a nadie y sin que le tuvieran miedo.

Nos hemos ido sin parar de darle vueltas al asunto, a lo cual, hemos decidido llevarle algo de comida caliente. No le arreglaríamos la vida, pero aparte de que tuviera algo que llevarse al gaznate, se sintiera apoyado, y en absoluto temido.

Cuando hemos regresado, otro había ocupado su lugar en el cajero porque es «su casa», y aunque hemos dado una vuelta por todos los cajeros y posibles cortavientos de la zona no le hemos encontrado.  Otras personas con esto darían de sobra alimento a sus conciencias. Personalmente, nosotros nos hemos quedado bastante apenados.

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Crónica de una enfermedad

26/10/2011 at 12:23 am (Pensamientos)

Chateando con un conocido (y creo que nuevo lector del blog), me ha dicho «la unica enfermedad del humano para la que no hay cura…ni se pretende curar…» se refería a ese virus que aqueja a tantos y que sufrimos todos por activa o por pasiva: la estupidez humana.

Los asiduos sabéis lo que adoro este tema, ya que por la misma adversidad que me crea, me inspira constantemente para escribir y definir a esa masa homogénea de estupidez que sigue la corriente sin preguntarse donde desemboca. Porque siempre, siempre va a otro sitio y las pocas veces que no, se estanca y acaba oliendo de forma muy desagradable.

Es terrible la pandemia que vivimos, pero por lo menos, en gran parte de los casos, no es mortal. Y a mi me sigue inspirando para escribir.

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El regreso de la lluvia

24/10/2011 at 4:32 am (Pensamientos)

He dicho mil veces que uno de los motivos por los que no escribo es por falta de tiempo, agobio personal, problemas laborales. He escrito sobre una gran losa que me impedía seguir, pero que a la vez he usado como resguardo y me he acomodado a no ejercitar mis pensamientos, sentada en la sombra.

Ya vuelve la lluvia, ahora toca moverse para mojarse lo suficiente para crecer pero procurando no ahogarse;  mi vida ha cambiado bastante en poco tiempo y sigue aún en proceso de reconstrucción. Aún tengo esa sensación irreal del miembro fantasma, de la costumbre y hacer algo por el mero hecho de hacerlo sin motivación alguna. Un pequeño síndrome de «esto-es-el-colmo» que no me va a resultar difícil de sacudir. La tela de mi ánimo es bastante gruesa y las puntadas de lo descosido en breve ni se notarán.

Soy enérgico ejemplo de lo que divulgo. No se trata sólo de ver el lado optimista, si no de ver qué es lo que falla y cambiarlo. La alquimia de transformar unos beneficios en otros y sacrificar lo material en virtud de la calidad de vida, incluso en los tiempos en los que estamos. Es más, sabiendo la situación actual, tener el privilegio de elegir y cambiar. Claro que, nada es gratis en esta vida, pero pro eso mismo extiendo mis velas de orgullo de manera que no pierda las corrientes de aire.

De vez en cuando, es bueno dejarse el paraguas en casa.

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