Obligarse a escribir no es bueno.

05/04/2011 at 11:48 pm (Pensamientos)

Me gusta recordar cosas que me dice la gente sobre este blog, comentarios que me han hecho en general o sobre alguna entrada en particular. Incluso la preocupación que puede despertar una entrada algo más desanimada que lo habitual aquí.

El otro día me dijo una persona: «leo tu blog, estoy inscrita, ¿estás ya algo mejor?», la verdad es que me impresionó, que después de tanto tiempo sin escribir, la gente vuelva a leer en cuanto publico algo. Fue una grata sorpresa.

Y es que cuando escribimos, por muy de manera impersonal que queramos hacerlo, siempre transmitimos nuestro estado anímico, y ya si tiendes a hacerlo de modo más sincero, es una puerta abierta. Nunca he querido ocultar eso, no he tenido problemas en decir si estaba más o menos animada, pues después de todo, es la esencia de una bitácora personal.

Cierta persona, hace poco, me animó a escribir de nuevo y hace unos días, me volvió a enseñar esa magia que tiene, esa fuerza que te da cuando simplemente abres tu mente y dejas que todo salga. Tiene más mérito que abrir la puerta de nuestro ser, ya que explicar lo que pasa por la mente tiende a ser complicado. Todos necesitamos un empujoncito de vez en cuando; y escribir sobre lo que yo escribo, el optimismo realista, no sería real si todo fuera el mundo de la alegría y no existieran los momentos «menos álgidos».

Tenemos derecho a venirnos abajo, a maldecir, tropezar, rasparnos el culo y soltar dos lagrimitas. Siempre he defendido que la manera de ser feliz es no obviar esos malos momentos.

El amor lo sientes más cuando ya te han roto el corazón, te alegras más de volver al mundo laboral cuando sabes lo que es la necesidad. Es como volver al colegio después de unas vacaciones, tienes que estudiar de nuevo, pero aprecias los fines de semana y que tus amigos no estén lejos para disfrutarlos contigo.

Me encantaría decir lo que ya he escrito otras veces: «He vuelto, voy a publicar más», pero si esto, si algo que me gusta tanto, lo tomo como una obligación, pierde su encanto. Por este motivo, en vez de volver a decir eso, diré: «Espero poder compartir más ideas y pensamientos con vosotros y espero que entendáis, que hay veces que esto me resulta complicado.» He aprendido algo nuevo. Y esto me hace muy feliz.

 

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