Posesión retroactiva

04/12/2013 at 1:17 am (Pensamientos)

Cuando alguien llega a nosotros, nos implica unas responsabilidades por nuestra parte si queremos conservarlo. De ahí en adelante. Sin olvidar que aunque esté en nuestra vida no es de nuestra propiedad, Tejiendo hilos con una nueva madeja común sin entretejer el deshilachado pasado.

En cualquier tipo de relación, sea de amistad, familiar, laboral o de pareja, debemos saber que esa persona, que está presente por voluntad propia y que es libre de marcharse cuando guste y viceversa; nosotros tenemos los mismos derechos y deberes y libertad de permanencia. Tenemos que dar no sólo lo que nosotros queremos recibir, sino lo que la otra persona necesita, principalmente confianza y respeto. 

Antes de acusar, razonar; no sentir celos hacia una parte remota de su vida que si quiere nos cuenta, si no quiere, pues no. En caso de que lo haga, ser agradecidos por ello ya que no existe obligación por su parte (excepto en casos que nos pueda afectar a posteriori directamente sea en singular o en común).

Tampoco debemos hacer falsas promesas para que esa persona se acerque, ya que cuando la realidad se vislumbre, hará un efecto rebote de dimensiones kilométricas. Y encima puede que se confiara y sacrificara cosas por una ilusión. Será nuestra culpa. Pero como no llevamos nosotros la carga, que no nos importe… ¿no? No creo que sea la solución.

Muchas amistades y parejas se rompen por eso. La desconfianza crece. La ilusión de deshace y resulta un milagro resolidificarla. Y lo pagan los próximos que vengan. Lo que era una persona se acaba convirtiendo en un despojo, triste, vacuo y con una carga que le impide andar.

Vamos a intentar hacerlo al revés, a ver si así solucionamos algo.

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